17.10.25
La novena edición de la cena solidaria de la Fundación Pere Tarrés recaudó anoche 69.150 euros que se destinarán a adquirir un nuevo local que permitirá dignificar la actividad del Centro Socioeducativo Sant Adrià de la Fundación, que durante el año acompaña a unos 120 niños, niñas y jóvenes en situación de vulnerabilidad del barrio de Sant Joan Baptista, en Sant Adrià de Besòs. Esta cifra seguirá aumentando en los próximos días, ya que la “fila cero” —la posibilidad de seguir realizando aportaciones a la cena solidaria— seguirá abierta durante un tiempo más.
El Centro Socioeducativo Sant Adrià es un espacio histórico del municipio, heredero de la acción iniciada por la Asociación Juvenil Barnabitas en 1995. En 2022, para dar continuidad a su labor y de común acuerdo con la junta de la asociación, la Fundación Pere Tarrés asumió su titularidad. Es decir, este año el centro cumple 30 años de actividad socioeducativa ininterrumpida.
Con el paso del tiempo, el centro ha ido aumentando su actividad y atendiendo cada curso a más menores que estaban en lista de espera, lo que ha hecho insuficientes sus instalaciones actuales. En estos momentos, la actividad educativa está repartida entre cuatro locales cedidos por diferentes entidades, con las dificultades logísticas que esto conlleva. Los 69.150 euros recaudados ayudarán a financiar parte de la adquisición de un nuevo local de 260 metros cuadrados ubicado en la Avenida de las Corts Catalanes 518 (lo que representará aproximadamente la mitad del coste total de la compra), y que permitirá unificar la actividad y mejorar la calidad educativa.
En los centros socioeducativos de la Fundación, los menores reciben apoyo educativo y también acompañamiento emocional. A través de actividades educativas y de ocio, desarrollan habilidades sociales y competencias transversales, además de participar, en algunos casos, en programas de atención psicológica y neurodesarrollo. Más allá de los valiosos aprendizajes que los niños adquieren, estos centros funcionan a menudo como un necesario respiro frente a las situaciones difíciles que muchos viven en casa, y como una red de apoyo para las familias, muchas de las cuales enfrentan graves dificultades económicas. Actualmente, por el centro de Sant Adrià pasan a lo largo del curso unos 120 niños, niñas y jóvenes, pero la situación del barrio y la presión socioeconómica que sufren muchas de las familias ha generado una larga lista de espera.
La Agrupación de Amigos de la Fundación Pere Tarrés, un grupo de empresarios y empresarias que trabaja para crear una red de colaboración de personas y empresas que hagan posibles proyectos e iniciativas dirigidas a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, impulsa cada año esta cena con fines sociales. Este año, la cena tuvo lugar en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona, fue presentada por el periodista Xavier Grasset y contó con la participación de cerca de 445 comensales solidarios. La recaudación económica se logró gracias a las aportaciones de 69 empresas y personas a título particular. Maite Cura y Francesc Lacasa, dos de los representantes de la Agrupación de Amigos, entregaron simbólicamente el cheque con la cantidad recaudada al equipo del Centro Socioeducativo Sant Adrià.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando David Gambau, educador del centro, agradeció el apoyo explicando su propia historia: la de un niño con dificultades que durante su infancia asistió al centro y que, años después, cerró el círculo trabajando allí como educador: “Acompaño a niños y familias que cargan mochilas llenas de problemas que no han elegido: la pobreza, la violencia, la discriminación, el abandono, la soledad... Niños que llegan con la mirada baja y triste, y que poco a poco levantan la cabeza porque alguien les dice: ‘Aquí sí importas’. Dar ha sido mi forma de agradecer”.
Por su parte, Josep Oriol Pujol, director general de la Fundación Pere Tarrés, inició su intervención compartiendo la noticia del alto el fuego en Gaza, pero igualmente pidió un minuto de silencio por las víctimas de la guerra, así como por las de otros conflictos bélicos activos en el mundo. Después explicó que las aportaciones solidarias servirán para mejorar la actividad educativa de la Fundación en Sant Adrià, que actualmente tiene lugar en “cuatro espacios ingobernables y poco acogedores que los niños y educadores no pueden sentir como suyos porque en ellos se llevan a cabo otras actividades”. Pujol quiso poner en valor la labor que realiza la Fundación en su red de centros socioeducativos: “Los resultados de la acción que llevamos a cabo —basándonos en las personas, los testimonios, los resultados escolares y los problemas que sabemos que se han resuelto— nos animan a seguir con nuestra labor y demuestran la eficacia de los centros”.
El vicepresidente del patronato de la Fundación Pere Tarrés, Oriol Pinya, cerró el acto agradeciendo la asistencia a los comensales y a las empresas e instituciones que han colaborado con sus aportaciones.